Cómo las mujeres caficultoras están construyendo su independencia económica en Brasil.
La cooperativa Coopfam (Cooperativa dos Agricultores Familiares de Poço Fundo e Região) está empoderando a las mujeres para producir una especialidad orgánica de café, mejorando así su calidad de vida.
En la comunidad caficultora brasileña de Poço Fundo (Minas Gerais) las mujeres juegan un papel central. La organización socia de Oikocredit, Coopfam, da soporte a sus familias produciendo y vendiendo su propio café orgánico. Las Mulheres Organizadas Buscando Independência (Mujeres Organizadas Buscando Independencia) o el grupo de mujeres MOBI, siendo parte del engranaje de Coopfam, venden su Café Femenino un 10% más caro que el café orgánico estándar. Las mujeres reinvierten el beneficio extra capacitando a sus miembros y empoderando más a las mujeres a la hora de producir café independiente y mejorar su modo de vida.
En el rural Minas Gerais, el estado caficultor más grande de Brasil, tradicionalmente las mujeres apoyaban a sus maridos con la plantación familiar, pero no se involucraban en los negocios de la cooperativa o en las decisiones de producción. Esto cambió para siempre en 2006, cuando Coopfam empezó a poner en el punto de mira el empoderamiento de las mujeres a la hora de tener un rol igualitario en la producción de café, lo cual ha sido parte de sus vidas durante décadas.
''Las mujeres que participan en MOBI quieren hacer algo más que cuidar de sus hijos en casa – ellas quieren tener su propio espacio en Coopfam; ellas quieren tener voz y ser escuchadas,’’ explica Vânia Lucia Pereira da Silva, miembro de MOBI y vicepresidenta de Coopfam, cuya familia posee doce hectáreas de plantaciones. "Las mujeres son una importante parte de la producción, por eso deben formar parte en la toma de decisiones".
Siendo una de las líderes de MOBI desde el inicio, Vânia ha ayudado a las compañeras de MOBI a aprender sobre cada aspecto de la producción orgánica de café en las colinas de Poço Fundo, desde el manejo de plagas, hasta la recolección del café cereza y el secado de los granos. También tomó partido en las formaciones de liderazgo de Coopfam, sobrepasando barreras culturales para convertirse en una de las dos mujeres que participan en el equipo de gestión senior de Coopfam.
Oikocredit ha decidido financiar a Coopfam porque la cooperativa apoya iniciativas que se centran en las personas y el entorno. Coopfam no sólo comparte la ambición de Oikocredit para mejorar la vida de los agricultores, sino también su fidelidad al comercio justo como clave fundamental para su modus vivendi. Fue la primera cooperativa en Brasil que empezó a producir café orgánico de comercio justo a finales de 1990, y está invirtiendo su financiación de Oikocredit para seguir apoyando a sus miembros ayudándoles a ganar acceso al mercado local, nacional e internacional. A día de hoy cuenta con 450 pequeños agricultores entre sus miembros.
‘’El enfoque orgánico de Coopfam no es solo técnico sino que también tiene una filosofía en la cual los productores tiene que proteger el medio ambiente, vender buenos productos y cuidar de la salud de sus familias,’’ dice el presidente de Coopfam, Clemilson José Pereira.
Para las mujeres de MOBI, los beneficios para la salud de la producción orgánica son una de las razones clave del porque han querido jugar un papel más importante dentro de Coopfam.
‘’Empecé produciendo orgánico porque pensaba en la salud de mi familia,’’ dice Vânia. ‘’Al principio, no supe cómo producir café orgánico, pero Coopfam ayuda a sus productores a aprender sobre cultivo orgánico’’.
La miembro de MOBI, Maria Aparicida Paive Borges, quien ha cultivado 12,000 árboles de café en su granja familiar, está de acuerdo: ‘’Nos gusta el café orgánico, porque preserva la naturaleza y nuestra salud- es bueno trabajar sin químicos’’.
Que hace al Café Femenino tan especial?
Según la miembro de MOBI, Dayany de Assis dos Santos Ferreira, la cual cultiva Café Femenino en una parte de la parcela que comparte con su marido: ‘’Damos mucho amor y cuidado a nuestro café. El cuidado y la atención hacen la calidad del café. Es un trabajo duro, pero siento que podemos hacer el trabajo.’’
Entre las sesiones de aprendizaje mutuo y agricultura práctica, las ingeniosas mujeres MOBI complementan sus ingresos económicos plantando rosas y aprendiendo cómo hacer manualidades usando los restos de las plantas de café después de la cosecha. Posteriormente venden sus creaciones en la comunidad local entre cosecha y cosecha.
Mediante su participación más activa en Coopfam y en su desarrollo, las mujeres se han ganado su confianza y respeto en la comunidad, siendo financieramente más independientes y mejorando el sueldo de sus familias.
Maria lo resume así: ‘’Soy muy feliz de poder participar en MOBI – ahora tomo parte de cada ámbito de la plantación – en el cultivo, en la venta y en la cooperativa’’.
Vânia cree que el empoderamiento de las mujeres a la hora de participar más en la producción de café local, es vital para frenar el éxodo rural de mujeres y gente joven hacia pueblos y ciudades, ayudando a asegurarles un futuro sostenible en la comunidad del cultivo de café.
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