El origen del nombre Oikocredit
Las raíces de Oikocredit se remontan a una reunión del Consejo Mundial de Iglesias. Durante su Asamblea General de 1968 en Uppsala, Suecia, un número de miembros de la iglesia jóvenes y políticamente comprometidos remarcaron que los fondos de la iglesia estaban siendo invertidos en los bancos en lugar de ser invertidos en proyectos de desarrollo. Se preguntaban si había una mejor manera de invertir fondos de la iglesia que fuera más en línea con el objetivo de una sociedad justa, participativa y sostenible.
Unos años después, en 1975, Oikocredit fue establecida en los Países Bajos para proporcionar a iglesias y otras organizaciones una opción de inversión alternativa, dirigida a los intereses de las personas de bajos ingresos.
El nombre Oikocredit hace énfasis en el corazón de su misión. "Oiko" se refiere a la antigua palabra griega Oikos, que significa casa, comunidad o mundo. "Credit" no se refiere sólo a que Oikocredit ofrece préstamos, sino también al verbo del latín "credere", que significa creer. Oikocredit cree en el empoderamiento de las personas de bajos ingresos. Por lo tanto, la historia de Oikocredit es la historia de la construcción de una "oikos" global.
Como cooperativa internacional, Oikocredit agrupa miles de personas que comparten el objetivo de mejorar la inclusión financiera y fomentar el desarrollo positivo. La membresía está abierta a iglesias y organizaciones relacionadas con la iglesia, incluidas las órdenes religiosas y congregaciones nacionales e internacionales. Otras organizaciones que comparten misiones y objetivos similares pueden ser miembros por invitación del Consejo Rector. A pesar de tener estas fuertes raíces en el mundo religioso ecuménico, hoy en día Oikocredit está formada por un gran número de personas y organizaciones laicas que comparten su objetivo fundacional, y en ningún caso se discrimina o se seleccionan proyectos en función de su orientación religiosa.
Como cooperativa, Oikocredit permite a sus miembros directos (organizaciones) participar activamente en los asuntos de política en relación con su misión y trabajo. Hay dos formas mediante las cuales los miembros de Oikocredit pueden influir en sus políticas. En primer lugar, a través de la elección de los miembros del consejo rector que guían y supervisan la gestión de la cooperativa. Independientemente del capital que tenga invertido en Oikocredit, cada miembro tiene un voto que puede usar en la asamblea anual general (AGM), el órgano de gobierno más alto de Oikocredit. En segundo lugar, también pequeños inversores (cualquier persona física o jurídica) puede participar en la cooperativa invirtiendo a través de Asociaciones de Apoyo de Oikocredit (SA), que son organizaciones independientes establecidas para apoyar el trabajo de Oikocredit alrededor del mundo. En el caso de España existen tres de estas SA: Catalunya, Euskadi y Sevilla. En los países sin una SA, los individuos y las organizaciones pueden invertir a través de la Fundación Accionarial de Oikocredit Internacional (OISF). Entre sus inversores hay individuos, bancos, agencias de desarrollo, organizaciones de comercio justo y sindicatos.
Oikocredit continúa construyendo su misión en base a una comunidad global de alianzas duraderas y trabajo en red.
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