Magret Kajumba, propietaria de una explotación lechera sostenible en Uganda

Hace más de dos décadas, Margret Kajumba y su esposo decidieron emprender un viaje valiente: dirigir una explotación lechera en Uganda. Comenzaron con diez acres de tierra y apenas siete vacas, utilizando su propio dinero para dar el primer paso hacia sus sueños. A lo largo de los años, con dedicación y esfuerzo, han transformado su pequeña granja en un próspero negocio de 100 acres con 40 vacas, que se ha convertido en el medio de subsistencia y fuente de ingresos de la familia.

La diversificación de la granja ha sido clave para su éxito. Además de la leche, también cultivan plátanos y se dedican al engorde de terneras para obtener ingresos adicionales. Por otra parte, su visión de futuro los llevó a invertir en una instalación de biogás para ser más sostenibles.

Imaginación frente a los obstáculos

Sin embargo, la vida en la granja no está exenta de desafíos. El constante descenso en el precio de la leche y la amenaza de la fiebre aftosa han llevado a Margret y su esposo a pensar de manera estratégica. “Gracias a la ayuda de Hofokam, socio de Oikocredit, presentes en Uganda desde hace 17 años, hemos podido adquirir un tractor con el que trabajar los cultivos de maíz·, comenta Margret.

Con una mentalidad emprendedora, el esposo de Margret, además de ser el mecánico de coches de Hofokam, ve el potencial de generar ingresos adicionales alquilando el tractor. La familia Kajumba no solo piensa en el presente, sino en el futuro de sus hijos, deseando que continúen beneficiándose de la granja y encuentren en ella un sustento sólido.