Una mujer en un mundo de hombres
Como muchos países latinoamericanos, la República Dominicana tiene una cultura fuertemente masculinizada. Aunque esta cultura empieza a cambiar, para muchas mujeres de la República Dominicana la vida es una batalla diaria entre llevar a cabo las tareas de la casa y combatir el "dragón macho".
Dos mujeres que han abandonado los roles de género tradicionales en la República Dominicana son las hermanas Nancy y Fidelia Espinal, que en 2003 establecieron una empresa de transportes en su ciudad, Maimón. Reconociendo la necesidad de unos servicios de transporte seguros iniciaron el Taxi Maimón con el apoyo de su madre y dos hermanos.
Para tirar adelante su negocio, Nancy y Fidelia recibieron un crédito para comprar dos coches nuevos por parte del socio de Oikocredit, COOPMAIMÓN. COOPMAIMÓN es una cooperativa de unos 70.000 miembros, que provee servicios financieros (crédito y ahorros), formación y programas sociales a sus miembros, de las que muchas son mujeres empresarias.
Desde su primer crédito de COOPMAIMÓN, las dos hermanas han hecho crecer su negocio hasta un total de 17 vehículos, incluyendo un camión, cinco coches para servicios ejecutivos y dos autobuses. El dúo de hermanas actualmente tiene contratados 11 hombres conductores a jornada completa, muchos de ellos dicen que disfrutan trabajando para una mujer ya que reciben buenas condiciones de trabajo y beneficios médicos. En la República Dominicana el paro formal sube hasta el 14%, con una renda per cápita anual de 5.400 dólares, en contraste con los 52.000 de los Estados Unidos. Aproximadamente un 35% de dominicanos viven en la pobreza.
Nancy explica que llevar un negocio no siempre es fácil, pero su sueño y el de su hermana era empezar una empresa que ayudara a las personas a desplazarse al trabajo, o a ir al aeropuerto de forma segura y eficiente. "El negocio del transporte no es un negocio fácil, ya que es un sector bastante dominado por los hombres, aun así nuestros taxistas son muy respetuosos con nosotras y nos apoyan como mujeres empresarias", explica Nancy. "El género no ha sido nunca un tema a la hora de recibitr un crédito para hacer crecer la empresa o gestionar nuestro equipo mayoritariamente masculino", dice Nancy. "Nuestros sueños ahora no sólo son hacer crecer el negocio aún más, sino también ser un ejemplo para otras mujeres que aspiran a tener éxito en un sector dominado por los hombres", añade Nancy.
Nancy y su hermana son un ejemplo de cómo un crédito de una cooperativa social no sólo puede apoderar sino que puede pavimentar el camino para otras mujeres que aspiran a convertirse en empresarias.
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