Una cuarta parte de las personas más pobres del mundo viven en zonas rurales. Muchas de ellas son trabajadoras estacionales y dependen de la agricultura y las actividades relacionadas para su subsistencia. La incertidumbre y los ingresos cíclicos hacen muy difícil el acceso al crédito a estos agricultores.
Inversión en agricultura sostenible
La falta de productos básicos de seguros de protección contra las inundaciones, la sequía o huracanes, así como la falta de conocimiento sobre los nuevos métodos de la agricultura y el comercio, a menudo dan lugar a una competencia desleal con los agentes comerciales.
Además, muchas veces las poblaciones rurales están alejadas de las grandes ciudades donde se concentran la mayoría de entidades financieras, cosa que dificulta aún más el acceso al crédito.
En muchos países del Sur la agricultura es de las pocas actividades económicas que se pueden llevar a cabo en entornos rurales, y además tiene también un papel importante en la lucha contra la pobreza y a favor de la seguridad alimentaria.
Por todo ello Oikocredit financia organizaciones locales de microfinanzas en entornos rurales así como organizaciones de productores, tales como cooperativas agrícolas, que contribuyen al desarrollo de la economía y de las comunidades locales.