Las finanzas éticas, un motor para el desarrollo humano
Ayer se presentó el Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas de 2014. Desde Oikocredit consideramos que este informe es de gran utilidad para conocer la actualidad tanto de los países donde trabajamos como de los países donde no tenemos inversiones, para así conocer los retos y las necesidades que como cooperativa de finanzas éticas tenemos que afrontar.
En la presentación del informe se destacó un dato sorprendente y preocupante a la vez. Las 85 personas más ricas del planeta poseen la misma riqueza que los 3.500 millones de personas más pobres. La desigualdad, tanto a nivel mundial como nacional, supone uno de los principales retos para el desarrollo justo y sostenible que desde Oikocredit aspiramos a potenciar. La propia lógica de Oikocredit, que recoge ingresos en países del Norte y los invierte en proyectos éticos del Sur, es en si misma un combate contra esta desigualdad creciente. Pero es evidente que hay mucho trabajo por delante, especialmente cuando la gran mayoría de entidades financieras todavía siguen teniendo el ánimo de lucro como su principal razón de ser, al precio que sea.
A lo largo del informe, se tratan numerosos problemas que afectan actualmente a millones de personas y donde la responsabilidad del sistema financiero convencional es muy presente. En la página 47 del informe se observa cómo la liberalización del sistema financiero en los años 80 afectó de forma muy negativa a la estabilidad bancaria de numerosos países. Si antes de los años 80 la cifra de países en crisis financiera había llegado a ser de cero, en sólo unos 15 años ésta alcanzó la cifra de 30 países, seguida de altibajos muy acentuados y llegando a 2010 con una cifra de 16 países. El Estado Español ha visto cómo en los últimos años numerosas entidades financieras, entre ellas muchas cajas de ahorros, caían en la trampa de la especulación y el dinero fácil, provocando finalmente la actual crisis económica. Por esta razón, entendemos que las finanzas éticas, desde su compromiso con la economía real y la estabilidad financiera, se han vuelto más necesarias que nunca.
Pero los problemas de la banca convencional van mucho más allá. La especulación con alimentos o la inversión en industria armamentística son dos aspectos que también aparecen reflejados en este reciente informe de Naciones Unidas. De esta forma, en la página 48 encontramos la evolución del índice de precios de los alimentos, donde se aprecia una dramática subida a partir de 2007 de hasta más del 50% en un solo año, lo que ha provocado conflictos sociales y situaciones de hambre generalizada en varios países.
Al mismo tiempo, en la página 51 también se observa que el número de conflictos armados en el mundo ha aumentado de forma muy preocupante a partir de los años 70, debido a una industria bélica que sigue fabricando armas con un control demasiado bajo de la comercialización y destino de éstas, así como del mercado negro.
Desde Oikocredit, a parte de no invertir en proyectos especulativos ni en industria armamentística, tenemos muy en cuenta que nuestras inversiones produzcan un impacto social positivo en la comunidad que las recibe. Este mismo año hemos apostado por potenciar las inversiones en el continente africano, que nuevamente aparece como el peor parado, con un 50,9% de población bajo el umbral de pobreza, y una de las pocas regiones del mundo donde la desigualdad de ingresos aumenta, como se muestra en la tabla de la página 73 y en el gráfico de la página 38. Actualmente trabajamos en 125 proyectos diferentes en países del África Subsahariana, pero los retos de este continente hacen necesario potenciar más las inversiones.
El comercio justo es otro sector que priorizamos desde Oikocredit, con ejemplos como la empresa Kuapa Kokoo, una empresa que vende chocolate en el Reino Unido y en Estados Unidos pero donde la mayor parte de la propiedad (45%) se encuentra en el país de origen, Ghana. En contraste con este ejemplo, encontramos una empresa multinacional como Apple, que aparece en un gráfico de la página 113 del informe. El gráfico refleja la desigualdad en la distribución del precio de venta de los iPhones, donde sólo un 5,7% recae en los trabajadores, mientras que el 58,5% se lo llevan los accionistas de la propia empresa.
Finalmente, Oikocredit también destaca por su compromiso con el apoderamiento de la mujer, potenciando las inversiones en empresas donde las mujeres tienen un papel destacado o de liderazgo. Como muestra el informe de Desarrollo Humano en la página 74, aún hay muchos países que discriminan a la mujer a nivel legal en temas como la familia, el matrimonio, el trabajo o la violencia, entre otros. En este sentido, nos parece muy necesario seguir potenciando y promoviendo el apoderamiento de la mujer en nuestras inversiones para que este apoderamiento se acabe manifestando más allá de la propia empresa que financiamos.
El informe de este año resulta especialmente crítico con temas como la desigualdad o la desregulación del sistema financiero. El informe puede resultar esperanzador en algunos aspectos pero también demuestra que seguimos teniendo muchos retos por delante y en este sentido el papel de las finanzas éticas se vuelve cada vez más relevante de cara al futuro.
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