La mirada detrás del objetivo

Durante 16 meses, la pareja holandesa formada por Wim y Pauline Opmeer viajó 34.000 km en su camioneta a través de América Latina. El dúo holandés, Opmeer Reports (Opmeer informa), visitó más de 15 países, numerosas organizaciones agrícolas y de microfinanzas, y algunas oficinas de Oikocredit, aportando anécdotas, vídeos y fotos profesionales. La pareja regresó hace poco tiempo a los Países Bajos, donde hablamos con ellos sobre sus experiencias.

¿Este viaje ha cambiado vuestra percepción sobre el trabajo de Oikocredit?

Sin duda fortaleció nuestra fe en la inversión social, especialmente en las microfinanzas. Después de haber fotografiado y entrevistado a más de 120 prestatarios de microfinanzas, hemos visto cómo el recurso de las microfinanzas es un modo sostenible de apoderar a las personas. Fuimos testigos de cuánto más sostenible es apoyar a las personas que tienen una idea para una empresa en su comunidad local. Cuando la idea parte de la misma gente, la que conoce el mercado, la que toma la iniciativa de elaborar un plan de negocios y obtener un préstamo, su efectividad para ayudar a las personas a cambiar sus vidas es siempre mayor.

En vuestra opinión, ¿Qué valor agregado aporta Oikocredit a las organizaciones que apoya?

Cuando hablamos con las organizaciones apoyadas por Oikocredit, lo que nos dijeron fue que la visión a largo plazo de Oikocredit era su valor agregado. También vimos lo comprometidos que están los gerentes de país de Oikocredit con las organizaciones financiadas. Para ellos, no se trata simplemente de proporcionar capital, sino también de aconsejar, ofrecer capacitación y compartir mejores prácticas. Según ellos, todos estos factores fueron clave para elegir trabajar con Oikocredit.

¿Qué organización de las que visitasteis os impactó más?

Después de visitar a tantas organizaciones apoyadas por Oikocredit, la que tuvo mayor impacto en nosotros fue la cooperativa de productores de alpaca COOPECAN en Perú. Tras un arduo viaje de ascenso en los Andes conocimos a Nicomedes Cochama Yava, un productor de alpaca que trabaja a 5.000 metros sobre el nivel del mar. Quedamos sorprendidos por las condiciones espartanas en las que vivía y el clima extremo que debía soportar todos los días. Para pastorear a su rebaño, Nicomedes vive solo la mayor parte del año en una choza de adobe sin agua corriente o electricidad. Ni siquiera una estufa para cocinar. Aunque esta vida parecía muy difícil, fue maravilloso ser testigos de cómo formar parte de la cooperativa lo estaba ayudando a perfeccionar sus métodos de producción, la calidad de la lana y sus ingresos.

¿Qué fue lo más importante de vuestro viaje?

Para nosotros sin ninguna duda fue CAPUCAS, una cooperativa de café en Honduras. Estuvimos allí durante cinco días; todo el mundo en CAPUCAS nos dio una cálida bienvenida, y también el gerente de país de Oikocredit, Gerardo López. Pudimos observar varios aspectos de la cooperativa y hablar con muchos de sus miembros, que estaban ansiosos por contar su historia. Durante nuestra estancia, fuimos testigos de cómo la cooperativa creaba puestos de trabajo para las personas jóvenes a la vez que desarrollaba un espíritu comunitario. También fue gratificante ver cómo la cooperativa ayudaba a un grupo de mujeres a iniciar su propia empresa.