La historia de Carlos y Esteban: Asegurar un futuro mejor

Situada en una meseta rodeada por las impresionantes montañas de Ecuador, se encuentra la ciudad de Cuenca. Aunque es rica en cultura y belleza, la inflación y el desempleo han afectado a esta región en los últimos dos años.

Para Carlos Cajas, que reside en Cuenca con su familia y ha luchado en el pasado para llegar a fin de mes, la inflación y el desempleo son conceptos con los que está familiarizado.

Carlos y su mujer trabajaron como emigrantes en Estados Unidos antes de regresar a Ecuador para estar con su familia. A su regreso, Carlos luchó por encontrar trabajo. Pero Carlos se dio cuenta de que no era el único desesperado por encontrar empleo: también lo estaban varios miembros de su familia y de su comunidad.

Carlos estaba decidido a cambiar esta situación y decidió unir fuerzas con su hijo, Esteban, y crear su propia empresa, Talleres Cajas.

Talleres Cajas se especializa en el arreglo de artículos para el hogar y la fabricación de estructuras para grandes proyectos inmobiliarios, pero no siempre fue un negocio próspero. Para poner en marcha y mantener su negocio, Carlos y Esteban necesitaban apoyo financiero.

Así que Esteban presentó a su padre al socio de Oikocredit Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo Ltda. (Jardín Azuayo). Jardín Azuayo es una cooperativa de ahorro y crédito con sede en Ecuador. Presta servicios financieros y no financieros a personas empleadas y a microempresarios urbanos y rurales.

Esteban ya había pedido un préstamo a Jardín Azuayo y decidió acercarse a la cooperativa para hablar del nuevo negocio familiar. Tras escuchar su historia y ver su potencial para tener un impacto positivo en su comunidad, Jardín Azuayo ofreció a Carlos y Esteban un préstamo para establecer Talleres Cajas.

Carlos utilizó el préstamo para adquirir un terreno y comprar máquinas para los talleres. Lamentablemente, las máquinas llegaron con retraso, lo que supuso un comienzo difícil para el negocio. Carlos, que ya contaba con un presupuesto ajustado, tuvo que pagar el alquiler de una propiedad que no le reportaba ningún ingreso.

Pero el Jardín Azuayo no abandonó a Carlos y Esteban y siguió apoyándolos. Poco después de la llegada de las máquinas, el negocio creció rápidamente. La introducción de las máquinas amplió el mercado de Talleres Cajas y aumentó sus beneficios. Ahora el negocio presta servicios a varias empresas de pequeño y gran tamaño.

El crecimiento fue tan importante que no se pudo ignorar la necesidad de más empleados. Carlos pudo entonces contratar a su hija y a otras ocho personas de su comunidad.

El desempleo para la familia Cajas dejó de ser un problema.

Esteban, que ahora es cliente de Jardín Azuayo, socio de Oikocredit, desde hace más de siete años, dijo: "Esto ha sido un gran beneficio para toda la familia. Gracias a [Jardín Azuayo] tenemos un trabajo estable y la posibilidad de un futuro mejor".

Oikocredit se asocia con organizaciones como Jardín Azuayo con el objetivo de hacer más accesibles los servicios financieros a empresarios como Carlos y Esteban.

Esteban subraya: "[Si no fuera por Jardín Azuayo] no habría tenido fondos para mi negocio. Pudimos abrir nuestro taller en sociedad con mi familia gracias a los préstamos de Jardín Azuayo".

Gracias a este préstamo y a su espíritu empresarial, la familia Cajas se ha asegurado un futuro mejor. También se atienden las necesidades de otras personas, ya que los talleres de Talleres Cajas proporcionan ingresos, empleo y habilidades añadidas a sus empleados.

Historias como la de la familia Cajas son la razón por la que Oikocredit invierte en socios como Jardín Azuayo. Al apoyar a nuestros socios, Oikocredit les ayuda a ofrecer el tipo de apoyo adecuado a familias como los Cajas, permitiéndoles prosperar.