Transformar las plantaciones de té y tener impacto en la vida de las personas en el norte de la India [parte 2]

Rangaroon es una plantación abandonada que DOTEPL compró recientemente y que muestra las condiciones en que se dejan las plantaciones de té. La fábrica es tan vieja y está tan abandonada que actualmente el té debe procesarse en otra plantación. «Algunos de nuestros mayores desafíos son no sólo reconstruir la plantación, sino también recuperar la confianza de los trabajadores», dijo Nandesh Rai, el nuevo gerente de la plantación de Rangaroon. «Es un gran desafío, ya que el propietario anterior de las instalaciones no pagó sus sueldos durante mucho tiempo y los abandonó a su suerte».
Por el contrario, la plantación completamente renovada de DOTEPL, Ambootia, está bien administrada, tiene una fábrica moderna que produce los tés más finos, y empleados satisfechos. La situación de Ambootia nos da una idea de la transformación que está por producirse en Rangaroon.
DOTEPL se esfuerza mucho por recuperar la confianza y garantizar que todos los trabajadores y familias de Rangaroon reciban ayuda. Por ejemplo, cuando se llega al pueblo donde viven los empleados de Rangaroon, el área parece una zona en construcción. Eso se debe a que entre las prioridades de Nandesh están pagar los sueldos atrasados, construir nuevas casas y suministrar alimentos.

Los recolectores de té de Pandam
Cuando se recorren algunas de las plantaciones de té renovadas, como la plantación Pandam, se puede descubrir que quienes cosechan el té son en su mayor parte mujeres.
Una de ellas es Priti Thapa, de 28 años de edad, quien está a cargo de un hogar de seis personas, junto con su esposo, que es conductor. Al ingresar a su hermosa y muy colorida casa se escucha una mezcla de nepalés e inglés, dado que la mayoría de los trabajadores provienen de Nepal. Priti recolecta té durante ocho horas al día, que incluyen los descansos de almuerzo y merienda, mientras su hija mayor asiste a la escuela en la plantación.

En la India, millones de niños están obligados a trabajar junto a sus padres como niños trabajadores. En ese sentido, el hecho de que las plantaciones ayuden e incentiven a los niños a asistir a la escuela en lugar de ir a trabajar es más asombroso todavía. Priti refuerza el sustento a su familia aprovechando el programa de aumento de los ingresos de DOTEPL que le brinda las herramientas y los recursos para cultivar hortalizas y criar vacas, cerdos y gallinas.
Otra de las mujeres, Yuwana Chettri, de 38 años de edad, cría cabras y gallinas para tener ingresos adicionales. La experiencia de Yuwana es similar a la de Priti, y está feliz de contar que DOTEPL les paga a tiempo, así como les brinda una gratificación adicional, un fondo de previsión, botas de goma, un paraguas (para protegerse de la lluvia y el sol), alimentos, y mucho más.

La fuerte mezcla de DOTEPL, un plan empresarial sólido y su compromiso con el bienestar de sus trabajadores, fueron las principales razones por las cuales Oikocredit decidió asociarse con la empresa y aportar a su capital.
«El impacto de Oikocredit es enorme. Su ayuda ha tenido un impacto positivo en muchas de las 65 000 personas que viven en las plantaciones de té de nuestra empresa. Esta ayuda implica muchos beneficios sociales y mejoras ecológicas porque seguimos un modelo de agricultura sostenible», explica Sanjay Bansal, presidente y director ejecutivo de DOTEPL.
Tanto los propietarios como los trabajadores se benefician con la restauración de las plantaciones. Sanjay Bansal es muy claro al respecto. Él está convencido que un empresario —o empresaria— de buen corazón ayuda más que un idealista sin un fuerte conocimiento o un plan empresarial sólido. Puedes leer más sobre DOTEPL en la parte 1 de la historia de nuestra organización socia, aquí.