Acceso financiero y oportunidades para las comunidades indígenas en Ecuador

Este año, la gira anual de estudios de Oikocredit visitó Ecuador y ofreció a los inversionistas, empleados y voluntarios la oportunidad de aprender más acerca de la inversión social, del trabajo en la oficina local de Oikocredit y de nuestras organizaciones socias en el país.

Un héroe local y símbolo de orgullo
Una de las organizaciones socias visitadas por los participantes de la gira de estudios fue la Cooperativa Daquilema, ubicada en la provincia rural de Chimborazo, en lo alto de los Andes ecuatorianos. La cooperativa adoptó el nombre de Fernando Daquilema, un líder indígena, activista y posteriormente mártir del lugar, quien se opuso a la explotación de su pueblo desde mediados hasta finales del siglo xix. Daquilema, que desde entonces se ha convertido en símbolo de orgullo y resistencia indígena en la zona, fue elegido para ser la cara de la cooperativa y sus valores están sólidamente afianzados en su misión.
En la actualidad, la población indígena representa el 65% de la provincia de Chimborazo. La mayoría vive por debajo del umbral de pobreza del país, ya que está excluida del sector financiero tradicional y a menudo sufre discriminación. La Cooperativa Daquilema tiene como misión devolver el orgullo y la fe a la población indígena, y trabaja casi exclusivamente con prestatarios indígenas. El personal de la cooperativa usa vestimenta tradicional similar a la que usaba Daquilema y se asegura de que siempre haya empleados que hablen la lengua quechua del lugar.

Préstamos para pequeñas empresas
Durante la gira de estudios, los participantes visitaron a varios clientes de la Cooperativa Daquilema, entre ellos, a Segundo Vilema, un sombrerero de 70 años que tiene su propia tienda en Riobamba, la capital de la provincia de Chimborazo y la ciudad donde comenzó la Cooperativa Daquilema. La sombrerería se ha convertido en la segunda naturaleza de Segundo, pues tiene casi 50 años de funcionamiento. El sombrero es un producto muy importante en Ecuador, ya que es usado tanto por hombres como por mujeres, y forma parte esencial de la vestimenta indígena tradicional.
Hace una década, la empresa de Segundo era muy pequeña; sin embargo, él tenía la ambición de expandirse. Como quería importar fieltro de alta calidad desde Italia para producir sombreros del mejor fieltro, primero necesitaba capital. Allí fue donde intervino la Cooperativa Daquilema. Segundo explicó: «Ellos tienen un enfoque social y quieren respaldar a las personas decentes y trabajadoras como yo». Segundo afirmó que él ve que estos valores se reflejan en la Cooperativa Daquilema y lo valora, como también agradece la confianza y el apoyo que le brindan: «Ellos me conocen. Saben que siempre pagaré mi préstamo».

La cooperativa aprobó todos los préstamos solicitados por Segundo: el primero fue de US$ 3000, el segundo de US$ 6000 y el tercero y último, de US$ 10 000. Gracias a estas inversiones, Segundo ha podido desarrollar su empresa. Tener ingresos más altos le ha permitido pagar la educación superior de sus hijos; uno de los cuales tiene un doctorado en Química.
Todo ello no habría sido posible de no existir una institución de microfinanzas como la Cooperativa Daquilema. La cooperativa, que valora el espíritu empresarial, ha permitido incluir a personas como Segundo en el sector financiero y desarrollar sus empresas, algo que no era posible algunas décadas atrás.
La Cooperativa Daquilema ha llegado a introducir pagos electrónicos por teléfono móvil en un país donde pocas personas tienen teléfono fijo, pero donde la mayoría de los 15 millones de habitantes tiene teléfono móvil: todos estos son pasos importantes hacia la inclusión financiera.

> Lee más sobre la Cooperativa Daquilema